sábado, 18 de febrero de 2017

Falsedades y verdades de la excelencia educativa de hoy. El apremio de la formación ética de los alumnos.

Se percibe en el ámbito de la educación la ansiosa compulsión de tener que estar en continuo cambio, de tener que ir a la zaga de la última -¡ultimísima!- novedad.



En realidad, no es nada distinto de lo que le ocurre a la sociedad en general. Cuando todo y todos se mueven tan aceleradamente, a muchos les da miedo no echarse a correr también.

Es el temor -quizás comprensible temor- de volverse obsoleto, de quedarse pasado de moda. O como en una ocasión una madre me dijo, temor a dejar de ser "cool".

miércoles, 8 de febrero de 2017

La falsa felicidad de los hijos.

A los padres lo que más nos ocupa y preocupa es la felicidad de nuestros hijos. Pero los padres de hoy corremos el riesgo de confundir felicidad con "facilidad"; es decir, de creer que la felicidad de nuestros hijos pasa por la excesiva concesión de recompensas y de concesiones siempre fáciles e inmediatas.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Cuando el problema no son los niños, sino los padres. La dificultad de educar en una “sociedad abierta”.


No hace mucho unos padres me confesaban su creciente preocupación. No les acababan de gustar algunos amigos de su hijo, aunque se conocían desde pequeños. A lo cual les respondí que me parecían buenos niños… La madre, con agudeza, se apresuró a aclararme:



El problema no son los niños, sino sus padres, sus familias. Son buena gente. Pero, mi hijo, cuando va a sus casas a pasar una tarde o un fin de semana, no nos gusta cómo vuelve. No todo lo que esas familias permiten que sus hijos hagan y deshagan se aviene a lo que nosotros le tratamos de enseñar al nuestro.





lunes, 17 de octubre de 2016

La adolescencia adelantada. Niños disfrazados de adolescentes.

Cada vez antes, los niños a partir de los 11 y 12 años se ven socialmente inducidos, casi obligados, a ser los adolescentes que todavía no son.


Hasta no hace mucho el paso de la infancia a la adolescencia era un tránsito más tardío al que los psicólogos llamaban preadolescencia.

Pero, de un tiempo a esta parte, este paso se ha convertido en un salto abrupto, precipitado y forzado.


Los niños, más que hacerse adolescentes, se disfrazan de adolescentes, tratando de vivir una vida que no les permite agotar, hasta consumir sus últimos sorbos, la tardo niñez.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Nuestros niños, ¿son buenos y se portan bien porque (y cuando) los observamos?

Hace unos días vi cómo dos niños de diez años se gritaban. Lo hacían con saña. No llegaron a las manos. Pero les faltó poco. Si la discusión hubiera sucedido en otro lugar, seguramente hubieran acabado pegándose no sólo con las palabras.



Después de conversar con los protagonistas (y los espectadores) del incidente, llegué a la desoladora conclusión de que para bastantes de ellos el principal motivo para no pelearse era evitar una reprimenda o un castigo de sus padres y profesores.