Si naciste después de 1995, muy especialmente si fue a partir de 2010, corres el riesgo de que nunca llegues a saber leer ni escribir bien del todo.
Te escribo este post en la esperanza de que tus padres y profesores lo lean, lo atiendan, lo entiendan y obren en consecuencia.
Y en la esperanza también de que tú mismo, más pronto que tarde, lo quieras leer y lo puedas comprender.
Y en la esperanza también de que tú mismo, más pronto que tarde, lo quieras leer y lo puedas comprender.
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Durante unos pocos de miles de años, apenas nada en el cómputo total la historia de humana, la escritura y la lectura han sido el prodigio tecnológico que más inteligente ha hecho al propio hombre. |
El que esto suceda será la mejor prueba de que los pronósticos, sobre todo los que nos auguran malos tiempos, no están dichos de antemano para que pasivamente aguardemos su sórdido cumplimiento; sino para que inteligentemente nos rebelemos contra ellos.
Tu generación -tanto da que seas de la mencionada Generación Z como de la generación siguiente, aún naciente y sin identificar por los sociólogos- corre el riesgo de ser analfabeta funcional.
Es decir, corres el riesgo de pertenecer a una generación de “nativos digitales” que nunca llegará a aprender a leer y a escribir bien del todo, y ello pese a que los primeros cursos de estancia en el colegio estén -como ha sido siempre- principalmente dedicados a su alfabetización.
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El impacto de la tecnología es uno de los factores que más determinan la dinámica de las generaciones en las sociedades occidentales actuales. |
La principal ventaja es el fácil -inmediato- acceso a la información, la cual, no obstante, en sí misma, adviértelo bien, no es todavía conocimiento, sino solo su "materia prima". No es verdad, como ahora dicen tanto, que el conocimiento esté en la Red. Éste resulta de la "metabolización intelectual" de la información.
Pero también le ha reportado inconvenientes, en absoluto despreciables, como por ejemplo el debilitamiento de la capacidad para el aprendizaje lógico verbal y para la comprensión de contenidos abstractos que en primera instancia ni devienen de la experimentación ni concluyen en la aplicación práctica.
Y también ha de estar formulado con un lenguaje predominantemente audiovisual en el que el texto escrito es el prescindible y extravagante “adorno” del tráfago de imágenes que trepidante sucede ante los ojos en la “pantalla”.
Que eres “nativo digital” -por cierto, últimamente, algunos especialistas (Prensky y Dans entre otros) andan a la "greña" tratando de definir qué sois los de vuestras jóvenes generaciones respecto al uso -¡la vivencia!- de las tecnologías- significa que estás creciendo entre “pantallas" hiperconectadas que siempre estuvieron contigo (o tú con ellas):
“Pantallas” cuyo funcionamiento no depende de tus conocimientos de programación informática, sino de la simple destreza de tus dedos índice y pulgar.
“Pantallas” con las cuales juegas, escuchas música, ves vídeos y accedes a las redes sociales en un espacio de relaciones humanas que es nuevo para tus mayores pero no para ti.
“Pantallas” en las cuales buscas un sinfín de información que siempre te resulta "intelectualmente gratis", es decir, las obtienes sin hacer apenas esfuerzo y que además no te ocupas de retener porque sabes dónde encontrarla.
Es absurdo pretender que tu generación, en el proceso de aprendizaje y enseñanza, le dé la espalda a las “pantallas”. Son parte de vuestro presente y más aún de vuestro futuro. Incluso llegará -no está a mucho tardar- el momento en el que la “pantalla” no se encuentre "ante" tus ojos, sino "en" tus propios ojos… Sin duda, la "singularidad" de la que Kurzwell habla, "está cerca".
Pero tampoco es absurdo el tratar de impedir que estas “pantallas” con su creciente y mareante “inteligencia” hagan de ti alguien cada vez con más "poder" y a la vez con menos "inteligencia" en uso.
Gran parte de la tecnología que Sapiens había inventado hasta ahora lo ha suplido en el esfuerzo físico, permitiéndole una vida de indudable mayor confort. Lo cual ha sido, está siendo, excelente.
En cambio, en esta "segunda era de las máquinas", Sapiens corre el riesgo de que la tecnología además lo supla en el esfuerzo intelectual, dándose así la paradoja de que “pantallas” cada vez más inteligentes hagan a Sapiens cada vez más “insapiens”. De un Sapiens tecnológicamente más "poderoso" no se sigue un Sapiens intelectualmente más "sapiens".
En cambio, en esta "segunda era de las máquinas", Sapiens corre el riesgo de que la tecnología además lo supla en el esfuerzo intelectual, dándose así la paradoja de que “pantallas” cada vez más inteligentes hagan a Sapiens cada vez más “insapiens”. De un Sapiens tecnológicamente más "poderoso" no se sigue un Sapiens intelectualmente más "sapiens".
¿Homo digitalis? (el hombre digital). Sí, claro. Pero no, por ejemplo, a costa del Homo Legens (el hombre lector). He aquí una incontestable concreción de cómo la "pantalla" está haciendo al hombre de hoy más "poderoso" pero no más inteligente.
Tu generación, habida cuenta del deterioro lectoescritor que padece la precedente Generación Z, tiene que ser, ése es el reto de tus padres y educadores, tan digitalizada como alfabetizada. Lo uno y lo otro.
Tu generación, habida cuenta del deterioro lectoescritor que padece la precedente Generación Z, tiene que ser, ése es el reto de tus padres y educadores, tan digitalizada como alfabetizada. Lo uno y lo otro.
Es precisamente por todo esto que advierto a los padres y educadores de tu naciente generación de lo responsable y cauteloso que hay que ser a la hora de proceder a la digitalización escolar del aprendizaje y de la enseñanza mientras el proceso de adquisición de la lectoescritura no esté efectivamente consolidado.
De hecho, en Enseñanza Primaria la transferencia digital del aprendizaje parece -por ahora- preferible a su alocada transformación digital.
Se trata de que la "pantalla" hable el lenguaje escrito que hay que esforzarse en "leer", y no el lenguaje audiovisual que sólo hay que molestarse en "ver".
Se trata de que la palabra escrita, que tecnológicamente está abusivamente silenciada para esta "masa hiperconectada", hable en la "pantalla" gracias a que los padres y educadores de los de tu incipiente generación la sepan hacer emigrar del "papel" a la "pantalla".
De hecho, en Enseñanza Primaria la transferencia digital del aprendizaje parece -por ahora- preferible a su alocada transformación digital.
Se trata de que la "pantalla" hable el lenguaje escrito que hay que esforzarse en "leer", y no el lenguaje audiovisual que sólo hay que molestarse en "ver".
Ni tampoco está de moda admitir que esto es el efecto nocivo de vuestra nativa condición digital, que no está siendo correctamente educada.
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